miércoles, 7 de enero de 2009

Receta para el éxito


He aquí los ingredientes básicos:

El primero es la Confianza.
Obviamente se refiere a la confianza en si mismo.
Esta es la fuerza interior que nos permite desarrollarnos de forma positiva y relacionarnos con éxito en nuestro entorno.
Para tener éxito en lo que se desea es fundamental confiar en si mismo, en la propia capacidad y en las habilidades innatas (y adquiridas) que cada uno tiene; cualidades que nos permiten aprender y resolver cualquier problema que pueda surgir.
La auto-confianza es una fuerza que cohesiona y que integra. Es un sentimiento que vuelve a las personas más seguras y exitosas.
Lo contrario de la educación convencional y del mensaje mediático, que fragmenta y desintegra a la persona dividiéndola en múltiples ocupaciones y sobretodo “preocupaciones” y llenándola de deseos cada vez más sofisticados y de necesidades superfluas. Lo paradójico es que las tendencias masificadoras, o globalizadoras (para usar terminología actual) vuelven a las personas más individualistas, más dependientes y mucho más inseguras.

En realidad no existe límite para ejercer el poder interno que tenemos, pero para ello necesitamos confiar en nosotros mismos, en esa corriente de vida que nos impulsa a mejorar y aprender. Y no es algo imaginativo, no es una confianza ciega. La vida se preserva a si misma, hace todo para crear las condiciones necesarias para continuar viviendo. Nuestras células, tejidos y órganos, todo nuestro organismo está diseñado para vivir, somos expresión de la vida misma. No hay porque tener miedo. Estamos hechos de material cósmico, de protones y electrones que provienen del mismo origen del universo. Nuestras células están programadas para vivir y curarse, siguen exactamente el comportamiento de la naturaleza. Ellas saben, nunca están perdidas o confundidas, conocen exactamente lo que deben hacer y como hacerlo, tienen mecanismos de protección muy desarrollados (millones de años de evolución) y todo el tiempo establecen una relación armoniosa con el entorno.
Así que si llevamos la mirada a nuestro propio ser veremos que lo que llamamos confianza es en realidad un movimiento de aceptación y respeto por uno mismo, por la vida que se manifiesta en nosotros y por todas las posibilidades que tenemos.
La confianza o la fé en si mismo es como un árbol que crece, penetra y se expande y su madera alimenta al fuego del siguiente ingrediente...

la Iniciativa .
La iniciativa hace la diferencia entre una persona exitosa y un mediocre.
La iniciativa da el poder de la creación, la inquietud y la fuerza interior que nos impulsa a iniciar algo, a inventar, a liderar.
Representa el fuego de la motivación que impulsa la acción.
Inicia siempre algo nuevo en tu mente, siempre pensando positivamente no solo en el beneficio propio, incluye también a los demás.

Los enemigos de la iniciativa son el miedo y la duda, dos estados que debilitan y paralizan.

El tercer ingrediente es la Imaginación Creativa.
Este ingrediente es también muy importante pues se dice que es la llave que abre el ojo de la mente superior y la clarividencia (o visión clara).
La estimulación de la glándula pineal nos permite abrir el ojo de la mente conocido esotéricamente como el tercer ojo, corresponde a un punto de acupuntura (Yintang) y con un centro energético importante (6º chakra), relacionado con la intuición y la percepción extrasensorial.
Se trata de crear una imagen mental, de visualizar con el ojo de la mente el objeto, situación o lo que deseemos. Siempre de manera positiva.

Estas imágenes corresponden a una energía sutil del pensamiento que a medida que se van repitiendo modifican las conexiones a nivel de las sinapsis, esta capacidad del cerebro se llama neuroplasticidad y conformará moldes y patrones que servirán de base para hacer realidad nuestras programaciones mentales.
Cualquiera puede visualizar la imagen que desea de sí mismo: un cuerpo sano y activo, una mente despierta y abierta, felicidad y una vida armoniosa, coraje, aceptación, prosperidad, lo que sea que uno necesite.

Ese sería el principio de la aplicación de la imaginación creativa.
Un individuo que ha sufrido durante toda su vida de enfermedades o de miseria ha conformado inconscientemente en su interior, una imagen de enfermedad y de miseria de sí mismo que lo ha llevado a hacerla realidad. Y una vez instalado el programa este tiende a repetirse y a autoinstalarse, una y otra vez...hasta que el programa sea reemplazado por otro mejor.

La enfermedad y el sufrimiento empiezan como estados de la mente.
Si pensamos en términos de enfermedad estaremos siempre enfermos; nuestro estado mental está ayudando a sentirnos enfermos. Igual que si nos sentimos pobres o desamparados.

Pero si por el contrario nos visualizamos como un ser luminoso e inteligente, teniendo una buena salud y felicidad, estas características se manifestarán en la vida cotidiana. Es así. Parece mágico y misterioso y al mismo tiempo cualquiera puede comprobarlo.
Se realizaron experimentos en los que se hacía competir a dos individuos de características similares en un plan de ejercicios de desarrollo muscular. Se observó que había logrado mejores resultados el atleta que además se había visualizado mentalmente incrementando su masa muscular. Hay muchos ejemplos de este tipo.


"En épocas de necesidad la imaginación es más importante que el conocimiento" A. Einstein


Lo interesante es que esta habilidad la tenemos todos, quizás algunos la expresen más fácilmente, pero es innegable que se puede desarrollar y mejorar, solo demanda algo de disciplina y de lo siguiente...

El cuarto ingrediente es la Voluntad .
Es la fuerza que permite la aplicación de la intención.
Sin voluntad no se llega muy lejos. Un individuo puede imaginarse y desear lo que quiera, pero si no tiene fuerza de voluntad para aplicar las disciplinas necesarias que lo llevarán a ese nivel o a esa situación, entonces solo quedará en la imaginación (y en buenas intenciones) y no moveremos ni una partícula de polvo.
La voluntad es una fuerza interior muy poderosa que disciplina la mente y el cuerpo físico y hace posible que los cambios que hemos visualizado se vuelvan reales.
Es un hecho que la voluntad puede desarrollarse, no hay limitación alguna al respecto.
Voluntad y esfuerzo van de la mano, aclarando que se refiere al tipo de esfuerzo que no deja huellas, visto que la naturaleza hace todo con el mínimo esfuerzo; el inconveniente son los malos hábitos y las debilidades (que deben controlarse).

Es solo cuestión de mentalidad, de energía, de motivación, de confianza y así se cierra el círculo.


Cada ingrediente se funde con el otro dando a la mezcla características particulares asegurando el logro del objetivo deseado.
Utiliza la voluntad para que tu imaginación creativa trabaje eficientemente en tus programaciones mentales cotidianas, visualiza lo que deseas una y otra vez y el programa se instalará de a poco y el resultado será positivo sin duda alguna. Nadie puede tener un cuerpo sano si no tiene la voluntad de cambiar sus malos hábitos (físicos y mentales).

El secreto está en generar una imagen mental lo más vívida posible, es decir, se trata de crear una imagen, visualizarla y experimentarla con la totalidad del ser, de manera que si uno imaginara estar en un bosque puede sentir los sonidos de la naturaleza, el canto de los pájaros, el viento entre las hojas, los olores, las sensaciones, todo.

Es como una obra de arte en la que el artista le va agregando elementos, la va retocando y así se vuelve más completa, más bella y mas real.
Hay que dedicarle un tiempo diario y repetir esta visualización con frecuencia,de manera agradable y calma, respirando naturalmente.

Así funciona.

No hay comentarios: