jueves, 4 de junio de 2009

Universos paralelos


En un principio, la teoría de cuerdas consideraba que en el universo existían diez dimensiones . Nueve para que puedan vibrar (espacio) y una más para el tiempo. Pero algo no estaba bien en las ecuaciones, aparecieron 5 teorías para describir la misma cosa y esto no funcionaba.

Entonces apareció la teoría M al rescate y agregó una dimensión más, ahora el universo presentaba 11 dimensiones.
Esta nueva dimensión es la que permite que las cuerdas se estiren para formar membranas.

A diferencia de las cuerdas que tienen 2 dimensiones (1 a lo largo y otra alrededor), las membranas podrían tener tres o más dimensiones y, de contar con la energía suficiente, una de ellas podría alcanzar un tamaño gigantesco, puede que tan grande como nuestro universo.
Es lo que se llama una “brana”.


Branas o universos paralelos
El concepto de “brana” es revolucionario y muy interesante ya que permite una posibilidad sorprendente: nuestro universo podría estar contenido dentro de una brana que podría colindar con otras branas en un espacio mucho mayor al que los físicos llaman “bulk”, el grueso.
Las otras branas serían, de hecho, universos paralelos.

Nuestro universo no solo sería uno entre tantos, y ya hay pruebas que sustentan esto, sino uno más de otras muchas variantes.

En otros universos las constantes y leyes de la física podrían ser muy diferentes. En unos quizá la materia no podría formarse, en otros podría estar diluida, quizás en otros haya vida...
Estos universos existirían en las dimensiones adicionales de la teoría M, unas dimensiones que nos rodean. Hay quien llega a asegurar que están a nuestro lado, a menos de un milímetro de distancia. Pero si eso es cierto, ¿por qué no las podemos ver ni tocar?

Si nuestros átomos y partículas están encerrados en nuestra brana, por más que haya una brana en otra dimensión del espacio, no podríamos tocarla precisamente porque nuestros átomos y partículas no pueden salir de nuestra brana. Si este concepto es cierto, podría ayudar a solucionar uno de los grandes misterios de la ciencia moderna: la gravedad.

Los universos paralelos y la gravedad

La gravedad es muchísimo más débil que las otras fuerzas de la naturaleza; de hecho es 10 (elevado)38, o sea, 1 seguido de 38 ceros, menos fuerte que el electromagnetismo.

Esto desconcierta y al mismo tiempo da pie para que aparezcan teorías que en un principio parecen mas una intuición o una imaginación que un hecho científico, aunque de a poco se van acercando.
En realidad, la gravedad sería igual de fuerte que las otras fuerzas fundamentales aunque por algún motivo no podemos percibirlo. Podría ser que la gravedad esté “diluida” entre todas las branas y sea la única de las cuatro fuerzas que las atraviesa a todas.
Mientras toda la fuerza del electromagnetismo queda contenida en nuestra brana, la gravedad la abandona haciendo parecer que su fuerza es menor de la que es. Así, sólo percibimos la parte de la fuerza de la gravedad correspondiente a nuestra brana.

¿Y que es lo que hace que la gravedad sea diferente de las otras fuerzas?

La respuesta estaría en la forma de las cuerdas.

Durante años, siempre se pensó en las cuerdas como bandas cerradas. Pero con la teoría M, se cree que todo lo que nos rodea, la materia y la luz, se compone de cuerdas abiertas.
Los extremos de cada una de estas cuerdas estarían sujetos a nuestra brana tridimensional.

Pero las cuerdas cerradas también existirían y una de sus variedades sería la responsable de la partícula de la gravedad: el gravitón.
Al ser un círculo cerrado, no tiene extremos fijos en nuestra brana y por lo tanto es libre de escapar a otras branas. De esta manera, su fuerza queda diluida y parece más débil que las otras tres fuerzas.
Esto sugiere una posibilidad intrigante.
Como estamos “ciegos” a las otras branas porque nuestros átomos y partículas no pueden escapar, podríamos llegar a saber algo de esas otras branas por medio de la gravedad.

Antes del big bang
No sabemos si los universos paralelos pueden influir sobre nosotros, pero el concepto de branas ha dado lugar a una idea muy polémica. Hay quienes afirman que los universos paralelos han desempeñado un papel esencial en nuestra historia, de hecho, los responsabilizan de nuestra existencia.
El concepto de las branas paralelas que se mueven en dimensiones adicionales podría cambiar el rumbo de la física y de nuestra percepción del mundo y de nosotros mismos.

Algunos científicos creen que el origen del big bang podría estar en el movimiento de estas branas paralelas, que se mueven, ondulándose como olas. En algún momento, estas podrían chocar entre sí y la enorme energía de ese choque sería la que originó el big bang y nuestro universo.

De hecho, se cree que esos choques pueden haberse dados muchas veces en el pasado y vuelvan a suceder nuevamente en el futuro.

Esta descripción brinda una solución al problema de la singularidad y responde a la pregunta fundamental: ¿que había antes del big-bang? y, ¿qué es lo que "explotó" o se expandió?

Esta teoría tiene todavía una serie de incongruencias matemáticas y por eso no es plenamente aceptada, y pese a que es revolucionaria y muy convincente, incluso hay quienes dicen que está adelantada para nuestra época, no se puede demostrar empíricamente por la cantidad de energía que se requiere para poder ver una cuerda.

Así que la ciencia busca la manera de comprobar la teoría. Una de ellas es encontrando un gravitón en un acelerador de partículas.

Sólo dos aceleradores podrían hacerlo: el Fermilab en los EUA y el Large Hadron Collider (LHC) que el CERN (http://www.cern.ch/) construyó en Suiza.

Según lo previsto por la teoría M, el gravitón escaparía a otra dimensión y el mayor logro sería obtener una imagen del gravitón en el momento de la fuga.

Otra de las máximas prioridades de ambos laboratorios, que compiten por adelantarse a los descubrimientos, es encontrar una propiedad descripta por la teoría de cuerdas que se llama “supersimetría”. Lo que predice la teoría es que todas las partículas subatómicas deben tener un equivalente mucho más pesado, una compañera que se denomina "partícula s" o "supercompañera".

Hasta ahora, nadie ha visto las partículas supersimétricas porque, al ser más pesadas que sus compañeras, requieren más energía para producir una colisión que las haga visibles. Los colisionadores disponibles no tienen la suficiente energía como para lograr esto.

Y entonces nacen otras preguntas: ¿Es posible responder de manera objetiva y "científica" a las cuestiones fundamentales concernientes a nuestros orígenes? ¿Es que es posible para el sujeto describir el objeto sin "subjetividad"?
Por un lado da la sensación que la ciencia y la física van muy "lejos" en sus avances, y por otro, la comprensión y el lenguaje matemático se vuelven cada vez más complicados y alejados de la realidad humana.

¿Y la conciencia, que papel juega en todo esto?

La ciencia, la deja de lado, ya que no es un fenómeno de laboratorio, y no puede ser reducida a logaritmos ni comprobaciones "objetivas".
El universo es también conciencia. La conciencia universal. Evoluciona y cambia. Se crea y se modela todo el tiempo a sí mismo. Crea mundos, crea vida, nos creó a nosotros...

Por eso, la búsqueda también tiene un lado de no-búsqueda, es decir, de simple contemplación, de observación, de no-acción.
Sujeto y objeto en unidad.
Podemos observar una nube, con la mente libre de conceptos. Incluso con la imaginación (buscar formas, etc). Podemos volvernos "uno" con la nube, sin escribir ni emitir siquiera un solo concepto o formulación.
Y, ¿quien tiene verdaderamente la "experiencia" de la nube, el que la observa y se vuelve "uno" con ella o el que se pasa todo el día estudiando física, meteorología, haciendo cálculos, y se vuelve especialista en nubes?.
Corremos el riesgo de parecernos al burro, tirado siempre por la zanahoria, y extraviarnos en el camino, frustrados y agotados, sin resolver lo más importante y además perdiéndonos el espectáculo.
Por eso se habla de ciencia y espiritualidad, porque está demostrado que la ciencia sola no alcanza para hacer una descripción completa y profunda del universo ni se nosotros mismos. Pero la visión "objetiva" de la ciencia nos permite ir todavía más lejos, nos hace más inteligentes y brinda un armazón teórico y concreto que evita la charlataneria.
Sujeto y objeto en unidad.
Continúa

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