martes, 1 de septiembre de 2009

La creatividad en la vida cotidiana



Los niños cuanto más pequeños más creativos son, y a medida que van creciendo y recibiendo "educación" uniformadora posiblemente sean más productivos pero seguramente irán perdiendo toda su capacidad creativa.

Pero, ¿porque es importante la creatividad?

Es una pregunta interesante y la respuesta puede enfocarse desde varios lados.

Para empezar es una capacidad innata que todos poseemos.

Los seres humanos somos creativos por naturaleza. De andar desnudos y viviendo en cuevas pasamos a convertirnos en la especie dominante, inventora, creadora de arte y cultura, capaz de modificar y moldear no solo el medio en el que vivimos sino a nosotros mismos.
La historia está llena de individuos creativos a los que se les denomina, genios, artistas, creadores, etc. y sin embargo parecen la excepción. Pero que han tenido o tienen de diferente con los demás. ¿Mas oportunidades?, ¿más inteligencia?, ¿una mejor educación?
Hay una gran variedad de casos y todos diferentes, pero con un denominador común: cada uno expresa algo único y diferente, original, una idea, una intuición, plena de imaginación, que es llevada adelante y desarrollada.

Entonces ¿no tenemos todos esa capacidad?... Pues sí.
La diferencia es que ciertos individuos logran desarrollarla y otros no.
Es un hecho que los niños son más creativos que los adultos, y lo son antes de recibir cualquier educación.

¿Pero que es lo que pasa luego de ese largo proceso educativo para que se malogre esta capacidad innata?

Está claro que los esquemas de enseñanza en las escuelas e instituciones educativas no favorecen el desarrollo de una manera libre de pensar, más bien coartan y aniquilan las ideas que difieren de la mayoría, sin embargo es durante la infancia cuando se consolida la capacidad creativa de una persona.

En la etapa preescolar, donde el niño todavía recibe educación por los 5 sentidos, mediante juegos, imágenes y canciones, aprende muy fácilmente ya que aún su mente está abierta y poco condicionada.

Pero cuando este niño pasa a la escuela primaria, a los 6 años, el abanico pedagógico se va cerrando poco a poco, a medida que va progresando en los distintos cursos se le pide mayor adaptación y se lo evalúa en función de unos objetivos generales que vienen marcados por las autoridades educativas pertinentes. El niño toma conciencia de que para tener éxito escolar no tiene que conocer la respuesta más creativa sino la respuesta correcta.


El pensamiento divergente e imaginativo, se ahoga aún más en la etapa secundaria marcada por el sistema de evaluaciones continuas. El alumno puede elegir entre itinerarios preestablecidos, como el humanístico o el científico, que lo van encausando, ya sin vuelta atrás, hacia conocimientos estandarizados y donde se valoran sobretodo las capacidades lingüísticas y de memoria, incluso la imaginación es reprimida.

Mientras que la creatividad consiste en hallar respuesta a los problemas que no se resuelven de manera convencional, el sistema educativo, refuerza y “machaca” hasta que el joven llega a la universidad, el conocimiento de la ya sabido.

En la etapa universitaria, continúa la absorción de contenidos y si bien se tolera un poco más ser diferente, se valora fundamentalmente la acumulación de conocimientos y se desprecia el conocimiento práctico.

¿Como hacer entonces para que este estudiante “domesticado”, se vuelva creativo y desarrolle ideas propias?

Es evidente que es más fácil manejar y conducir a una masa de gente que ya fue condicionada desde la más tierna edad que a individuos libres, creativos e inteligentes. Como a los pollitos, se les corta las alas y no van muy lejos.

A medida que pasa la vida, en la etapa adulta, aparentemente ya está todo “cocinado” y no hay vuelta atrás. Son tantos los condicionamientos y miedos instalados que al común de las personas le parece imposible crear una nueva realidad y cambiar el curso de sus vidas.
Por una parte existe como vemos la manipulación tendenciosa de la educación, y esto no es nuevo, pero por otra parte la civilización a partir del conocimiento científico y de una lógica más bien materialista, fue desarrollando más el hemisferio cerebral izquierdo, sede del pensamiento racional y analítico, y olvidando y atrofiando el lado derecho del cerebro que es el que está relacionado con la música y las artes, con la intuición y el pensamiento mágico, incluso con el silencio. Es decir, nuestro lado creador esta sometido por nuestro lado ejecutor.

De niños, no es problema, se permite, es parte de los juegos y del encanto de la infancia, pero de adultos no hay ni tiempo ni lugar para la creatividad. Muy simple, hay que producir y hay que pagar las cuentas.

Volviendo a la pregunta del principio, ¿Por qué entonces es importante la creatividad?

En primer lugar se puede decir que una persona tiene más oportunidades de ser feliz y de adaptarse mejor cuanto más creativa es. Esto significa que podrá utilizar los recursos de los que dispone, internos y externos, para resolver problemas y desafíos que la vida le presenta y hacerlo de una manera original y eficaz.

Cuando dejamos que nuestra esencia se manifieste, no hay manera de no ser creativos ya que cada uno es en sí mismo una creación “única” e irrepetible, y si bien desde un punto de vista biológico somos todos iguales, hay algo que cada uno puede y debe manifestar a su manera. Y esto en virtud del espíritu que nos anima y se manifiesta a través nuestro. Es la fuerza universal o energía vital, que origina todo a partir del vacío, del vacío creador y forma parte de la auténtica naturaleza de todos los seres.

Así que ya vemos que la creatividad no es algo “snob” o intelectual. Tiene que ver con la vida misma. Ser creativos es estar vivos. La vida misma es creatividad; lo contrario es estar muertos, significa seguir esquemas y órdenes convencionales, estereotipados, que más vale someten y no permiten manifestarse como el propio ser esencial lo pide.
Y esta tendencia cómoda y “masificadora”, que nos aleja de nuestra esencia, es la raíz de todo el sufrimiento e insatisfacción que padecemos.

Y entonces, ¿se puede mejorar e incrementar la capacidad creativa?

Ya lo veremos,

Continúa

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