martes, 7 de septiembre de 2010

Las 2 fuerzas


El universo se expande, esto no solo lo demuestra la teoría y los cálculos matemáticos (constante de Hubble), si no también la observación directa de las galaxias.
Por otra parte, como veíamos en el post anterior, todo tiende hacia el infinito en el interior de cada átomo, en el centro de cada punto del espacio.
De manera que el universo no solo se expande, si no que también se contrae. No solamente es una afirmación basada en la intuición, es lógica y fundamentada por las leyes de la física: principio de acción y reacción (3ª ley de Newton): si una cosa se expande, otra se contrae. Si inflamos un globo, nuestros pulmones se contraen.

La teoria del yin y del yang, describe este fenómeno: dos fuerzas opuestas y complementarias (imagen). El yin es contracción, el yang es expansión. El yin es lo interior y el Yang lo exterior. La parte que contrae es la que crea, la que genera, y la que expande o irradia es la que destruye y limita. El principio femenino y el masculino en una eterna danza que se equilibra a si misma.

Toda la ciencia, toda la tecnología, incluso todo nuestro conocimiento moderno están basados en la parte que irradia, la parte yang o masculina. Incluso las religiones convencionales se basan en este principio, el catolicismo, el islam, el judaísmo, desde siempre invadiendo, evangelizando, imponiendo, guerreando, destruyendo, matándose unos a otros en nombre de Dios, Alá, Jehová, o el que sea. Basta con ver la historia hasta nuestros días.

La ciencia funciona de esta manera. Trata de descubrir una nueva y teórica partícula que brinde una nueva luz sobre la estructura del universo y permita construir nuevas tecnologías, y además que algún científico gane el premio Nobel y le pongan su nombre a la dichosa partícula, que dicho sea de paso dura apenas una millonésima de segundo, y ¿como lo hace?: Construyendo aceleradores cada vez más grandes y costosos para hacer estallar a las partículas entre sí y fotografiar este momento fugaz, en lugar de ocuparse en estudiar, observar y tratar de comprender la dinámica del universo, basada en este equilibrio de fuerzas, de tendencias.
La medicina moderna es otro ejemplo, en lugar de tratar de comprender lo que ocurre en el interior de la persona y el proceso de su enfermedad o el desequilibrio y confiar además en la capacidad curativa natural del cuerpo, ataca el síntoma o el signo visible, bombardeándolo con química pesada y muchas veces con cirugía innecesaria.

Entonces, esta dinámica continúa de expansión y contracción, genera una retroalimentación o feedback.

Veamos algo interesante. Si todo en el universo irradia, ¿dentro de que, o hacia que irradia?, evidentemente en el espacio, en el vacío. Entonces, ¡el vacío no puede considerarse vacío!. El vacío en realidad está lleno de energía.
Por otra parte ni se pierde ni se gana energía (ley de conservación de la energía).

Si consideramos el movimiento universal de expansión y contracción, entonces el vacío es el lado en contracción en la estructura de la realidad. Es la parte que no vemos. Es la parte que se aleja hacia el infinito. Lo percibimos como vacío, pero está pleno de energía y potencialidad e incluso, como vimos anteriormente, estructurado geométricamente, con formas y una dinámica definida.
En realidad cada punto del espacio es infinitamente denso, no lo percibimos porque todos sus vectores, todas las infinitas líneas de fuerza que convergen, están en equilibrio y se cancelan. No obstante algunos científicos trataron de calcular (renormalizar) la densidad de este vacío y estimaron que es del orden de 10 elevado a la 93 g/cm3 (masa de planck ).

Cada punto en el vacío tiene energía infinita convergiendo en un solo punto. Al deducir que cada punto de energía tiene energía infinita que está convergiendo hacia este punto desde todas las direcciones y debido a que esta energía infinita está proviniendo simultáneamente de todas direcciones, entonces hay un momento de cancelación, las fuerzas se cancelan mutuamente y es por eso que esta cantidad de energía en el espacio es invisible. Es una energía universal que se cancela a sí misma omnidireccionalmente. Este proceso de cancelación omnidireccional es tan perfecto que incluso una cantidad infinita de energía parece oculta en el espacio vacío.

Que el espacio esté infinitamente lleno de energía, tiene inmensas implicaciones en cuanto a nuestra manera de percibir el universo. En cada punto del espacio (vacío) la energía se está cancelando de manera perfecta. Pero si en cualquier punto el proceso de cancelación omnidireccional no se completa, si hay un pequeño desequilibrio en el proceso de balance energético (un vector sale un poco más), entonces ahí hay una distorsión en este punto, esta distorsión en la cancelación se manifiesta como materia. Desde este punto de vista, toda la materia, todo el universo manifiesto no es más que una temporal asimetría en el vacío que se cancela, aunque en el balance total siempre hay un equilibrio.

Las implicaciones de estas perspectivas son enormes porque en lugar de considerar al vacío como una” nada ”, totalmente vacía, resulta que es un campo infinito, pletórico de abundancia y potencial y nosotros mismos y nuestros cuerpos somos parte de una continuidad de esa abundancia infinita. Un océano de potencialidad infinita.

Toda le realidad emerge del feedback, de la retroalimentación entre contracción y expansión.

Percibimos lo que se expande, lo que irradia, la radiación. Lo que se expande desde un punto central, de manera radial, en todas las direcciones, crea la geometría de una esfera. La figura geométrica que corresponde a este movimiento es la esfera. Eso es lo que vemos: el sol, los planetas, una célula o un átomo.
Pero la parte que se contrae, que colapsa, el vacío (lo llamamos así para diferenciarlo de la forma, pero ya vimos que en realidad es un “lleno”), posee la geometría de un tetraedro, que es la figura geométrica con el menor volumen posible. Lo opuesto de la esfera que tiene el mayor volumen posible (ya que se expande).

El tetraedro tiene una relación matemática especial con la esfera. Cuando uno de sus vértices se ubica en uno de los polos de la esfera, la recta que corresponde a la base intersecta a la esfera exactamente a los 19º 47´ de latitud, tanto en el norte como en el sur (ver imagen). Curiosamente sobre esta latitud en nuestro planeta, se encuentran los mayores volcanes en actividad (Hawai), o Teotihuacán (México), el volcán más grande de nuestro sistema solar está en Marte, el Monte Olimpo, ubicado aproximadamente en esta latitud, al igual que la gran mancha roja de Júpiter.

Comenzamos a comprender que no es casualidad que los mayores monumentos que han dejado las civilizaciones antiguas de todo el mundo, tengan la forma de pirámide (egipcios, mayas, toltecas, incluso se han encontrado pirámides en China).
Probablemente ya hace muchos miles de años, los pueblos de la antigüedad tenían de alguna forma conocimiento de la estructura fundamental del vacío, del cual todo emerge. Quizás las pirámides estén involucradas en esto.

La postura sentada de meditación: zazen, tiene forma piramidal, se corresponde con el vacío, la no conciencia, la no acción, todo fluyendo hacia el punto cero, como un agujero negro. La fuerza es centrípeta, es decir, hacia el interior.
Por otra parte en las disciplinas como el taichi, chi kung y las artes marciales, como el aikido, predominan las formas circulares, la expansión, el movimiento, la conexión con lo exterior. La fuerza es centrífuga, hacia afuera, generando un campo de energía que se expande.
He aquí una relación interesante entre estas dos fuerzas.

Si se tiene una bola unida a una cuerda y se hace girar a toda velocidad (a la manera de una boleadora), sentirás una fuerza que tira de la mano hacia fuera. Es la fuerza centrífuga. Esta fuerza no es real, ya que si se suelta la cuerda la bola sale expulsada en un movimiento rectilíneo, el único motivo por el que esta fuerza se produce es porque está sujetada a tu mano por una cuerda. La fuerza centrípeta es la que sujeta la bola al centro y hace que esta gire en círculos. Sin esta fuerza primaria, que es la que mantiene unidas las cosas, la fuerza centrífuga no se produciría. La fuerza que sujeta hacia el centro es la fuerza principal. La fuerza que irradia es ilusoria.
Cuanto mayor es la fuerza que va hacia el centro, mayor es la fuerza de expansión.

Las implicaciones de esto son enormes, ya que podemos comprender que cuanto más vamos hacia nuestro centro, mayor será lo que irradiemos.
Hay una relación de retroalimentación (feed-back) entre el colapso gravitatorio interno y la expansión del campo de radiación electromagnética hacia el exterior.
Esta relación obviamente representa un equilibrio de fuerzas y de formas geométricas.
Opuestos que se complementan formando un todo. Contracción y expansión. tetraedros y esfera. El vacío y la forma.
La geometría de la creación.
Dos fuerzas en equilibrio y armonia.
continúa...

3 comentarios:

Javier Pallero dijo...

Me gustó el post.

Yo tambien practico Taijiquan (tai chi chuan) y ese principio de lo vacio que contiene a lo lleno y viceversa lo aplicamos todo el tiempo.

Para una pelea, para un zazen, para un abrazo, para un guiso de lentejas.

Sístole, diástole, va la naturaleza.

Alexis dijo...

Yo juego al golf... vale ?

Digo, es fuerza centrífuga, no ?

Muy buenos todos los post Mariano ! Intentando encontrar el tetraedro en zazen... Ya rellené un poco más mi zafu, creo que estoy un poco más cerca.

Un abrazo

Seiki Giacobone dijo...

En realidad la fuerza centrífuga es una fuerza ficticia en un sistema en rotación. De todas maneras en el movimiento, siempre hay dos fuerzas actuando, una positiva y otra negativa. Una impulsa y otra sujeta. Una va para un lado y otra para el otro, si no saldrías disparado detrás de la pelota. En fin, es interesante estudiar el movimiento, pero ahora y aqui se hace un poco largo, jaja.

Un abrazo Alexis