miércoles, 17 de noviembre de 2010

El camino de la libertad

Desde hace muchos siglos que se ha privado a una buena parte de la humanidad del verdadero conocimiento, de un saber auténtico proveniente del mundo antiguo.

Muchas de estas verdades universales fueron olvidadas y otras ocultadas del dominio público mediante la destrucción de las culturas nativas, la persecución y muerte de sabios, chamanes, maestros espirituales y hombres-medicina (medicine man) de las tribus indígenas.

Los conquistadores europeos no solo se encargaron de invadir pueblos y robar riquezas, si no de realizar un verdadero genocidio verdaderamente calculado, para hacer desaparecer conocimientos y prácticas contrarias a sus creencias, conocimientos ancestrales que ayudaban a las personas a elevar sus conciencias y fortalecer sus raíces y vínculos con la tierra. Esto evidentemente para poder controlarlos y esclavizarlos con más facilidad.

Cabe agregar que posteriormente estas culturas, esta forma de conocimiento, fueron ridiculizadas por la propia ciencia e incluso la industria del cine nos ha mostrado siempre la imagen del negrito sumiso o del indio salvaje y bruto en comparación con el blanco protagonista inteligente y “civilizado”.
Desde hace siglos y en todas partes donde nos fijemos veremos que los conquistadores se encargaron de exterminar a las tribus nativas y sus culturas milenarias.

La verdadera razón de estas conquistas no se enseña en las escuelas, al igual que muchas otras cosas.

Muchos documentos, papiros y libros fueron destruidos deliberadamente, basta con echar un vistazo a la historia: la quema de grandes bibliotecas esotéricas, como la de Alejandría, o la destrucción pública de libros, documentos y tratados que desafiaban (o contradecían las creencias impuestas por un pequeño grupo).
La “Santa Inquisición”, fue un modelo de esta forma de dominación.
Así se impusieron, incluso por la fuerza y el miedo, creencias religiosas de baja dimensión, esclavizantes y creadoras de culpas y pecados.

Galileo Galilei tuvo que desdecirse y arrepentirse para no ser quemado en la hoguera, solo por afirmar que la tierra no era el centro del universo, si no que giraba alrededor del sol, al igual que el resto de los planetas conocidos. Esto hoy en día nos parece ridículo. Proyectemos este mismo razonamiento en el futuro. Las generaciones venideras seguramente se reirán de nuestra ignorancia presente.

Otro ejemplo, se sabe que las brujas quemadas por la “Inquisición”, eran principalmente sanadoras, parteras, mujeres con conocimientos de medicina tradicional y plantas medicinales, que fueron literalmente exterminadas, la iglesia en acuerdo con los médicos de la época eliminaban a la competencia para imponer otra forma de medicina y además poder ejercer un control sobre la conciencia de las personas.

En los tiempos modernos, la iglesia católica fue perdiendo poder en la gente, pero fue reemplazada en esta tarea por la ciencia y los medios de comunicación, que ahora son los encargados de controlar el saber y establecer un modelo de conocimiento e información, que continua la línea de sus predecesores: mantener a la mayoría de las personas en una frecuencia vibratoria baja, mediante el miedo, la desinformación y la confusión.

La educación actual en la mayoría de las escuelas y universidades es pobre, los programas educativos están desactualizados y la tendencia dominante es preparar individuos para que encajen perfectamente en las pautas sociales vigentes: producir y consumir.

Y no solo en occidente, en China el comunismo se encargó de eliminar y controlar culturas y enseñanzas espirituales muy antiguas y profundas, como en el Tibet. No es casualidad su interés por invadir y sojuzgar una tierra pobre y apartada, donde solo habitan lamas y algunos animales y cuyo único tesoro es la espiritualidad . Esto fue parte también de la llamada "revolución cultural china".
Karl Marx escribió: “La religión es el opio de los pueblos”, es comprensible esta reacción, pero el materialismo dialéctico del comunismo, finalmente representó otra forma diferente de sojuzgar y controlar al ser humano, y también empobrecerlo, anulando cualquier vinculación con lo espiritual y la libertad de expresión.

Cuando una persona sintoniza con sus planos superiores comienza a vibrar en una frecuencia más alta, esto hace que perciba y proyecte una realidad más amplia (en energía e información), más normal, benéfica e inteligente.

Al activarse una mayor cantidad de centros energéticos y nerviosos se potencian sus posibilidades, se comienza a pensar con otras zonas del cerebro, particularmente el hemisferio derecho y el cerebro profundo, de esta forma el pensamiento se hace más vasto, mas calmo, armónico y creativo.

Hace miles de años que esto se conoce: todo depende del nivel de vibración del pensamiento, de la palabra y del cuerpo mismo. Las danzas, los rituales y ceremonias, los sonidos, los cánticos, buscaban elevar (expandir) la conciencia mediante una determinada forma de vibración.

Como vimos antes, la nueva ciencia lo confirma: la realidad que percibimos y creamos depende de cómo vibre el ADN.

El universo vibra. La tierra vibra. Los cuerpos físicos y sutiles vibran.

Cuando un ser humano resuena con esta vibración esencial, se vuelve libre, se ilumina. Toda su vida cobra sentido y como es una parte del todo que incluye al todo, esta actitud influye en la totalidad, inconciente y naturalmente.

¿Cómo hacer para sintonizar con frecuencias superiores del ser?

En primer lugar, abandonando las emociones parásitas como el miedo y la preocupación y reemplazarlas por un sentimiento positivo de autoconfianza y amor, hacia uno mismo y por extensión hacia todo lo demás.

La frustración (que genera bloqueos y enojo) proviene de un exceso de deseos no realizados.
La inseguridad y el egoísmo son estados de la mente.

Pero la mente es vacío, no tiene sustancia propia, existe por interdependencia, como un reflejo.

Todos los pensamientos son relativos, ilusorios, insustanciales.

La realidad que percibimos depende de la mente, por eso es ilusoria.

Para penetrar la verdadera naturaleza de la realidad, hay que abandonar la mente.

Bodhidharma, que fue un gran maestro zen del siglo VI, escribió: “Usar la mente para buscar la realidad es ignorancia. No usar la mente para buscar la realidad es conocimiento. Liberarse uno mismo de las palabras es liberación. Cuando la mente deja de moverse, penetra en el nirvana. Nirvana es una mente vacía. Cualquiera que sepa que la mente es una ficción y está vacía de cualquier cosa real, sabe que su propia mente existe y no existe.

Si utilizas tu mente para estudiar la realidad, no entenderás ni tu mente ni la realidad. Si estudias la realidad sin utilizar la mente, entenderás ambas.

Cuando comprendes, entonces la realidad depende de ti. Cuando no comprendes, eres tú quien depende de la realidad. Cuando la realidad depende de ti, lo que no es real se convierte en real. Cuando eres tú quien depende de la realidad, lo que es real se convierte en falso. Cuando dependes de la realidad, todo es falso.
Cuando la realidad depende de ti, todo es verdad
.”

El secreto está en el conocimiento de sí mismo.

Conocerse a si mismo es la única manera de trascender las limitaciones y las ilusiones. Para aprender a pensar hay que aprender a no pensar.

Parar el movimiento de la mente y permitir que la conciencia se armonice con la vibración del cielo y de la tierra.

La practica de la meditación como zazen, es un verdadero tesoro, ya que en la quietud y el silencio interior nos permite conocernos en profundidad y que se exprese nuestra naturaleza más elevada, nuestra esencia divina, de forma natural y sin intermediarios.

El auténtico conocimiento lo encontramos mirando el interior de nuestro ser.

La verdadera sabiduría vibra en la frecuencia del amor universal.

El camino de la libertad pasa por el corazón.

No hay comentarios: