martes, 19 de julio de 2011

Los microtúbulos y la conciencia III


¿Qué relación tiene la fuerza de gravedad con los procesos cognitivos a nivel cuántico?
De acuerdo con la teoría de la relatividad general de Einstein, la fuerza gravitatoria puede considerarse como una manifestación de la curvatura del espacio-tiempo. La masa le indica al espacio-tiempo como curvarse y este le dicta a la masa cómo moverse.
Es el contenido material el que modela la geometría del espacio-tiempo.
Esto concepto es importante porque la propiedad de la conciencia de provocar autocolapsos de la función de onda (reducciones objetivas RO) en el cerebro, depende de fenómenos gravitacionales a nivel cuántico, que hacen que la masa (moléculas de proteínas superpuestas en los microtúbulos MT de las neuronas) se desplace en una dirección y se produzca una reducción a un estado particular, seleccionando una determinada geometría espacio-tiempo de la experiencia.
Se trata de un autocolapso porque no hay intervención del medio ambiente ni de un observador, de ahí lo de "reducción objetiva". Es una característica no computable propia de la conciencia. Dada su relación con la materia y la energía, cada movimiento de la conciencia desplaza materia y energía.
El verdadero sustrato de la gravedad a nivel cuántico es la información.
En este punto debemos aclarar algunos conceptos.
A partir de modelos simples se han podido derivar resultados importantes, basados en tres principios básicos: 1) el espacio es "emergente" y no fundamental, esto quiere decir que el continuo del espacio (y del tiempo) es una ilusión, 2) la descripción más fundamental debe ser discreta y no continua y 3) esta descripción además se fundamenta en el principio de causalidad, es decir, las relaciones causales pueden determinar la propia geometría del espacio-tiempo. La propia causalidad es lo fundamental y significativo incluso a un nivel donde el concepto de espacio ha desaparecido.
Podemos entender cada espacio-tiempo cuántico como una secuencia de espacios posibles que se suceden los unos a los otros, igual que los tic-tacs de un reloj cósmico.
La coordenada temporal es arbitraria.
La historia del mundo pueda ser vista como una sucesión de geometrías que se suceden las unas a las otras, como bloques que se apilan y dan una sensación de continuidad. Vamos de momento en momento. Cada momento es un aquí y ahora.
Cada aquí y ahora tiene su propia geometría espacio-tiempo.

Con respecto al tiempo y a la conciencia, el Maestro Kosen enseña en el dojo: En el budismo, hay tres tiempos, se dice a menudo: "todos los Budas de los tres tiempos." Obviamente, los tres tiempos son: pasado, presente y futuro. Pero en realidad, hay tres maneras de definir al tiempo, las tres son muy importantes para nuestra conciencia, para nuestra actitud ante la vida y la muerte. Son también tres reglas de tiempo, tres definiciones del tiempo.
La primera: Todo es impermanente, nada permanece, todo desaparece, todo cambia. No podemos apegarnos a nada.
La segunda: El tiempo y el ser son no-nacidos y no desaparecen nunca. Es el mundo del espíritu, el mundo de Buda.
La tercera: aquí y ahora. Solamente aquí y ahora es la realidad. Estos tres aspectos deben superponerse, juntarse con el fin de saber, como en un mapa, donde estamos.
Están los que sólo viven en el mundo de las apariencias, apegándose a lo que se manifiesta, a los amigos, lo social y que abandonan, olvidan, el mundo de los Budas. Están los que quieren todo el tiempo permanecer en el absoluto y se niegan a compartir, a mezclarse con el mundo del siglo, considerando que no forma parte de la realidad divina y absoluta. Estas dos categorías de personas, se equivocan. Para terminar, cuando se encuentra el equilibrio entre lo absoluto y la impermanencia, nuestro aquí y ahora deviene el punto central del universo.
El "aquí y ahora" no se equivoca nunca. En zazen, se puede comprender lo que es aquí y ahora. En zazen, se reunen los tres tiempos. Todo es impermanente, pueden olvidarlo todo, darse cuenta que están solos. Pueden comprender el aquí y ahora porque justamente paran de mirar al exterior y pueden comprender esta existencia infinita sin nacimiento, sin desaparición”.
La gravedad es un fenómeno que surge de las propiedades fundamentales del espacio-tiempo.
Sin embargo hasta el presente no hay una descripción cuántica de la gravedad. Algunos siguen “rompiéndose” la cabeza tratando de describir lo que solo puede ser experimentado.
De todas formas, el conocimiento científico es una importante fuente de información y desarrollo para el ser humano.
Según Erik Verlinde, físico que investiga la teoría de cuerdas en la Universidad de Amsterdam: “la gravedad es una completa ilusión, es nada más que una consecuencia de las leyes de la termodinámica”.
Podemos considerar también a la atracción de la gravedad, como el resultado de la organización de la información de los objetos materiales en el espacio.
El colapso de la función de onda que permite traspasar el umbral de la experiencia conciente depende de los estímulos percibidos por los sentidos, pero también y en gran medida, de la información contenida en el subconsciente (conciencia alaya) y en la memoria. Además la conciencia en si misma puede elegir por un estado particular (autocolapso). Esta capacidad de dar un verdadero "salto cuántico" de un estado a otro se puede utilizar para curar y restaurar la salud (medicina cuántica).
La propia información es la matriz sobre la que se construye el universo.
La información afecta la gravedad a nivel cuántico, esto decide por un único estado posible y genera una partícula de experiencia con una propia geometría del espacio-tiempo. La conciencia se crea a si misma.
El océano de potencialidad infinita, de múltiples posibilidades superpuestas no manifestadas, decide por un único estado particular, y esta partícula de experiencia contiene en si misma la información de todo el sistema (entrelazamiento cuántico).
El Maestro Dogen decía: “Nuestro mundo está definido por las diez direcciones. Cada dirección contiene totalmente la existencia básica de todas las demás direcciones. Esto es, todo punto en el espacio y tiempo, de frente o por detrás, vertical u horizontal, contiene en sí mismo todos los elementos de la existencia. Este hecho es fundamental para la comprensión de shinjitsunintai (la comprensión intelectual aprendiendo a través de la mente, unida a la práctica a través del cuerpo)
Shinjitsunintai es concebido frecuentemente como apegado a subjetividad y objetividad. Este no es el caso. Shinjitsunintai no es más que la verdadera identidad, el verdadero cuerpo enraizado en Buda y sin oponerse a ninguna de las diez direcciones del mundo. Las diez direcciones están contenidas en shinjitsunintai.
Tal vez sea ésta, la primera vez que oyes esta explicación. Ten en mente que cada dirección y cada región pueden ser aprehendidas juntas en una experiencia. Tiene la misma identidad y existen juntas en shinjitsunintai. Este cuerpo verdadero está compuesto por los cuatro elementos, tierra, agua, fuego y aire, y por los cinco skandhas. Para personas comunes, este mundo de experiencia es muy difícil de analizar y la visión clara es difícil de obtener, pero un santo está siempre conciente de la verdadera naturaleza del mundo. En efecto, él ve el mundo entero en una pequeña partícula de polvo”. (SHÔBÔGENZÔ SHINJINGAKUDO).
Lo importante es volver a la calma. Aprender a apagar alternativamente el conciente y permitir que la conciencia profunda se manifieste y se exprese.
La esencia solo puede ser experimentada por si mismo. Experiencia subjetiva, conocimiento directo.
La práctica de zazen permite realizarlo con la totalidad de nuestro ser. Inconcientemente. Naturalmente.

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