sábado, 29 de octubre de 2011

El universo es un gran holograma (1)

La realidad objetiva no existe, a pesar de su aparente solidez, el universo es un holograma gigante espléndidamente detallado.
Para comprender esta afirmación, veamos primero algo sobre hologramas.
Un holograma es una fotografía tridimensional hecha con la ayuda de un láser.
El holograma se produce cuando un único haz de luz coherente (láser), es dividido en dos haces separados. El primero rebota sobre el objeto cuya imagen va a ser grabada. El segundo es reflejado por un espejo que lo lleva a colisionar contra la luz reflejada por el primero de los haces. Cuando sucede esto, ambas partes del haz crean un patrón de interferencia que queda grabado en una película sensible llamada placa holográfica.
El patrón que queda grabado en la placa holográfica no se parece absolutamente nada al objeto que se usó para realizar la grabación. Básicamente parece un conjunto caótico de remolinos y anillos concéntricos, lleno de puntos claros y oscuros. Sin embargo, al usar otro haz láser para iluminar la película, aparece ahora una imagen tridimensional del objeto original. Se puede caminar alrededor de la imagen y contemplarla desde ángulos diferentes, pero cuando se la intenta agarrar, se ve que en realidad allí no hay nada.
La propiedad más insólita de los hologramas es que la imagen entera está contenida en cada parte de la película. Si se toma la placa original sobre la que se grabó el patrón de interferencia y se la corta por la mitad, se verá que puede proyectarse la imagen entera iluminando sólo la mitad del conjunto. De hecho, se puede cortar la placa holográfica en tantos fragmentos como se quiera, que siempre se encontrará que cualquiera de los pedazos, al ser iluminado, produce versiones más pequeñas de la imagen entera.

Este fenómeno de interferencia es lo que hace posible la holografía. La interferencia no es más que un patrón que se genera cuando las ondas, en su movimiento, chocan entre sí. Es como cuando arrojamos dos piedras en un estanque, cada piedra producirá un conjunto de ondas en la superficie del agua formando círculos concéntricos que se irradian hacia el exterior a partir del punto de impacto. Las ondas procedentes de cada una de las piedras se expanden hasta que de cruzan y chocan en algún punto, el resultante es conocido como patrón de interferencia.
En un holograma, la información del conjunto está contenida en cada una de sus partes. Es lo mismo decir que la información se distribuye de manera no localizada.
Como veíamos con los fractales, que son la explicación matemática de cómo el universo se estructura en cualquiera de sus niveles, las partes reflejan la totalidad, dicho de otro modo: cada parte contiene la información del todo.

En un nivel profundo de la realidad, todo lo que existe en el universo está infinitamente interconectado. La existencia individual es una ilusión creada por los sentidos.

Por eso hay que tener en cuenta lo que estamos observando realmente cuando percibimos un objeto físico.
Consideremos esto mismo que estamos leyendo y las palabras que hay en la página. Lo que se ve desde el exterior no es lo que parece ni está donde aparenta estar. Lo que se percibe en realidad es un borrón holográfico de patrones de frecuencias, bits de información que están siendo traducidos a un patrón de estimulación neuronal que, a su vez, al ser proyectado se percibe como el objeto externo. O sea, ondas electromagnéticas que provocan una reacción electro-química en el cerebro, que las traduce e interpreta según su programación, como lo que es: un “super ordenador biológico”.
El proceso de determinar que el objeto existe exteriormente sólo se produce en la interpretación que hace la mente por la estimulación de los sentidos.
En definitiva, todo lo que se ve, se oye, se degusta, se toca y se huele son patrones de estimulación neuronal que corresponden de manera parcial y limitada con lo que está "ahí", pero que sigue sin ser realmente “eso”. Las frecuencias electromagnéticas que causan la estimulación neuronal carecen completamente de color, gusto o textura.
Las cualidades que experimentamos a través de la percepción sensorial son creadas por la mente.
Podemos considerar al universo como un holograma hecho a partir de rayos de luz, o como una proyección luminosa, que es lo mismo.
Pero no es una entidad material. Es la refracción de una entidad material.
El universo es una imagen en tres dimensiones del universo.
A pesar de su aparente solidez, el universo es en realidad una proyección, un enorme holograma magníficamente detallado y consciente!
Hace miles de años que se conoce esto, en el budismo se explica como los 5 agregados de la experiencia consciente o 5 skandhas. Muchos maestros espirituales lo han comprendido y transmitido a los demás. No es un nuevo descubrimiento de la ciencia, aunque esta, comprueba cada vez más a través de experimentos, que todo en este universo esta interconectado.
Nuestra realidad material no es más que una versión filtrada, una interpretación, de un “orden implícito” que lo conecta todo.
Esta versión filtrada crea separación porque sólo percibe secuencias de bits de información y fragmentos del conjunto.
El cerebro es modelado y manipulado desde la más tierna infancia, para captar e interpretar una realidad determinada, un mundo físico “real” dependiente de nuestros sentidos y separado del resto: “ver para creer”, “Pienso luego existo”. Este tipo de frases, son las que reflejan la mentalidad separatista y la estrechez de conciencia. Luego las personas con este estado de conciencia son fácilmente controlables e influenciables.
Si podemos trascender el filtro de los sentidos y olvidamos la educación recibida hasta el presente, podremos percibir las cosas tal como son y conocernos en profundidad.
Es por eso que los maestros zen insisten en la práctica de zazen como la forma directa para conocerse a si mismo y expresar su auténtica naturaleza, trascendiendo los límites de la percepción ilusoria.
Energía e información, esto es lo más sólido y real que podemos encontrar en nuestro ser.
Pero somos esa energía y ese patrón de interferencia. Somos estas letras que leemos, el teclado de la computadora, los árboles que se ven por la ventana, nuestro sistema solar, todo el universo; todo es una extensión de todo lo demás sin separación.
Es una sola cosa. La misma conciencia. La verdadera esencia del universo.


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