miércoles, 13 de junio de 2012

La naturaleza de la mente



La mente es un fenómeno emergente que integra diversas facultades del cerebro
Es una cualidad de la conciencia que posibilita el conocimiento y otras habilidades cognitivas superiores. 
Si bien para la neurociencia, la mente es el resultado de la actividad neuronal y de algoritmos computacionales en el cerebro no puede, por el método científico, explicar la experiencia subjetiva, la percepción de si mismo, la capacidad de introspección y otras características de la conciencia. 
Por su parte la psicología, tratando de describir el fenómeno de la mente o psiquis, ha contribuido a fragmentarla, etiquetarla y sacarla de contexto al separarla del cuerpo físico y de la totalidad de la persona, dándole forma a algo que no la tiene y que no posee existencia propia. 
La experiencia consciente es un collage de procesos y subtareas efectuados en áreas distantes y separadas del cerebro, esta información es sincronizada habilmente para dar una respuesta unificada y una sensación de coherencia y continuidad.


Budismo y conciencia

El budismo a lo largo de los siglos ha profundizado acerca de los niveles de conciencia y de la naturaleza de la experiencia consciente, desarrollando un método para poder penetrar la esencia misma de la existencia y realizar el verdadero ser. Este método se ha transmitido por generaciones de verdaderos maestros espirituales, a partir de la experiencia de la meditación y del profundo conocimiento de si mismos. 
El método es zazen.


zazen: postura de despertar de la conciencia


La palabra sánscrita vijnana, que se traduce como conciencia, incluye una amplia gama de actividades mentales, como la sensación, la atención sutil, la memoria, la voluntad, el pensamiento consciente y otras habilidades cognitivas.





En el siglo 4, el gran maestro indio Vasubandhu, describía  a la conciencia en 9 niveles.
Según esta enseñanza budista, hay nueve niveles de conciencia que están operando constantemente juntos para crear nuestra vida.

Vasubandhu
Una sola conciencia con diferentes niveles de manifestación.

Las primeras cinco conciencias corresponden a los órganos de los sentidos: la vista, el oído, el olfato, el gusto y el tacto.

La sexta conciencia es la función que integra y procesa los diversos datos sensoriales con información contenida en la memoria para dar un sentimiento unificador de lo que percibimos, es un tipo de conciencia, que nos permite identificar la información recibida por los cinco sentidos. 
Es principalmente con estas seis funciones de la vida que realizamos nuestras actividades cotidianas.


La realidad que experimentamos está creada por estos niveles de conciencia. que dependen del soporte físico para su aparición. 
Es el nivel más básico, corresponde a vibraciones en el plano material. En este nivel la realidad que se crea es física, es la realidad de los objetos, las personas y los acontecimientos. Es el plano de la existencia ordinaria, dependiente de la percepción engañosa de los sentidos, donde solo se percibe el aspecto particular y corpóreo. Una conciencia separada del resto, por lo tanto aislada y estrecha, que solo percibe el reflejo de las cosas.

A continuación está la séptima conciencia. A diferencia de los niveles anteriores que están dirigidos hacia el mundo exterior, la séptima conciencia está dirigida hacia nuestra vida interior y es, en buena parte, independiente de los datos sensoriales.
La séptima conciencia es la base de nuestro sentido de identidad. El apego a un yo individual, distinto y separado de los demás tiene su base en esta conciencia, así como nuestro sentido de lo bueno y lo malo.
Es el asiento de los valores morales fundamentales y la base del continuo diálogo interno. Se conoce como la conciencia mano. Este estrato puede ser incluso subconsciente y es en donde reside nuestro sentido profundo del "yo mismo".

Debajo de la séptima conciencia, hay un nivel más profundo, la conciencia ālaya u octava conciencia, también conocida como la conciencia imperecedera o almacén universal
Este estrato de la conciencia contiene la energía potencial, tanto positiva como negativa, creada por nuestros pensamientos, palabras y acciones. Es aquí donde reside la energía de nuestro karma
Alaya Influye en las actividades de las otras conciencias.
Mientras que las primeras siete conciencias desaparecen al morir, la octava conciencia persiste a través de los ciclos de la vida y la muerte.

La conciencia âlaya, es el inconsciente que contiene y almacena todas las potencialidades y alimenta la conciencia. 
Es el alma universal (anima mundi). La conciencia que recoge y conserva las experiencias individuales y colectivas.


Finalmente, está la novena conciencia. Es el nivel más fundamental. Es el origen mismo de la vida universal, este nivel abarca y sustenta, incluso, la función de la conciencia âlaya. Esta es la conciencia amala, la cual tiene el poder de transformar el flujo de energía e incluso a la materia.

La conciencia crea universos.

Los 5 agregados de la experiencia consciente

Otra enseñanza ancestral del budismo es que la experiencia de la realidad que percibimos es el producto de la combinación de 5 agregados o procesos interdependientes, llamados en sánscrito skandhas.
Son los cinco constituyentes físicos y mentales de lo que llamamos persona o individuo.

Esto que que percibimos como identidad personal es la conjunción, el ensamblado de cinco “componentes” o agregados. Podríamos decir que es un análisis budista de la personalidad humana.


La física lo demuestra por otro camino: en su nivel mas fundamental la materia y la energía son lo mismo, lo que percibimos como "real" y con sustancia propia, no es más que la actualización momentánea de estados cuánticos fluctuantes, que se manifiestan según diferentes niveles de organización. 
Otra característica del mundo subatómico es que a este nivel las partículas constituyentes de la materia comparten la información, están entrelazadas.



Así que la realidad cotidiana que percibimos (incluida la percepción de si mismo) resulta de la combinación de estos 5 factores, que a su vez son variables y dependientes entre sí.
La palabra skandha significa montículo, fardo o colección, ya que cada agregado es una colección de muchos componentes o subtareas.
El Buda usó este término para referirse al complejo físico-mental que da como resultado la experiencia consciente.
Comenzando por la llegada del estímulo hasta la toma de conciencia y la respuesta intervienen estos componentes o factores agregados:


1) La forma y el cuerpo: No solo se refiere a los órganos de los sentidos y al cuerpo físico como tal, sino también a la imagen que tenemos de este.


2) Las sensaciones y emociones: Corresponden a los datos o a la información pura registrada por los 5 sentidos y por la mente. Estas sensaciones primarias, pueden ser agradables, desagradables o dolorosas y neutras. Pero también puede corresponder a intuiciones o emociones que se tienen antes de elaborar conceptos con el pensamiento.


3) Las percepciones y la memoria: Es cuando estos estímulos sensoriales son registrados y reconocidos como objetos distinguibles. Esto forma parte del conocimiento mental o sensorial de cualquier cosa y este reconocimiento implica el haberlo experimentado antes, y aqui es donde interviene la memoria
En este nivel se producen los conceptos y las categorías mentales.


4) Formaciones o impulsos mentales: También llamados "impulsos de la voluntad". Cualquier cosa hecha de otro elemento es una formación. Una flor es una formación hecha de luz solar, aire, semillas, tierra, minerales, agua... Así por ejemplo el miedo o los celos son formaciónes mentales. Podría decirse que son las construcciones de la experiencia subjetiva del objeto percibido, es la "idea que tenemos del fenómeno".


5) Conciencia: Es un acto de atención o respuesta de la mente en el que el conocimiento del objeto se hace consciente en nosotros. 
La conciencia, se mueve de a saltos cuánticos, desaparece y resurge cambiada de un instante a otro y actúa de manera discriminatoria y parcial, ya que existe un apego a lo percibido como deseable, un rechazo en contra de lo que no se desea e indiferencia a lo que consideramos neutro. 
Este constante movimiento genera insatisfacción o sufrimiento al no poder controlar como aparecerán esos objetos percibidos. En este nivel opera la respuesta de varias maneras: como pensamientos (conversación o discurso interior), palabras acciones. Estas 2 últimas incluyen además la interacción con el entorno.


Cuando percibimos un estímulo, ya sea mecánico mediante receptores en la piel, lumínico por la vista o una onda sonora captada por el oído, los receptores de la membrana celular traducen la información en lenguaje químico e impulsos eléctricos, que son conducidos por los nervios correspondientes hasta áreas determinadas del cerebro, ya sea la corteza visual, o la auditiva o la somatosensorial en el lóbulo parietal. Estas a su vez están interconectadas con otras zonas y núcleos cerebrales que integran y modulan la respuesta.


El tiempo de procesamiento hasta el momento de consciencia es de 0,5 segundos, pero puede ser la mitad en el caso de la conciencia visual y aún menos en la sincronía Gamma, que son ondas de alta frecuencia (40 Hz) que unifican la experiencia consciente y están presentes en los procesos cognitivos superiores.

Lo que vemos no es lo que ven los ojos, sino la imagen que se forma en el lóbulo occipital y que luego es interpretada, clasificada y de acuerdo a la naturaleza del estímulo se producirá una respuesta (motora, glandular, emocional, mental, etc.)


Lo mismo pasa con los estímulos dolorosos, antes de ser percibidos como tales en la corteza cerebral, pasan por un filtro de conexiones en el tálamo, este a su vez está conectado con el sistema límbico que se encuentra relacionado con la memoria, la respuesta emocional y el sistema neurovegetativo (respuesta visceral: sudoración, taquicardia, vasodilatación, etc.). 
Y luego está la toma de conciencia y la valoración que hacemos del fenómeno, entonces aparece la reacción, la respuesta, que guarda estrecha relación con el aprendizaje, el condicionamiento, las experiencias previas y las características de cada persona.
La mente cambia incesantemente, al igual que el cuerpo físico cambia de un momento a otro, aunque a una velocidad más lenta.


Al observar con claridad que estos componentes de la "realidad" son impermanentes e insustanciales, disminuye el apego y el rechazo, y esto nos permite controlar y equilibrar los excesos y el sufrimiento.


Un cambio de mentalidad
Modificando la percepción ordinaria, es posible percibir lo “real” mediante una nueva forma de pensar, de comprender las experiencias y de percibir el mundo que nos rodea. Ampliando la visión, cambiando el punto de vista, observándose con ecuanimidad.




La libertad espiritual se alcanza al penetrar profundamente en la naturaleza vacía de todos los fenómenos.

La mente, vasta como el cielo y profunda como un océano, no tiene forma ni límites, su verdadera naturaleza es la vacuidad y su esencia, el campo de infinitas posibilidades.


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