sábado, 25 de mayo de 2013

Nuestro cuerpo y los campos de información



El cuerpo humano es un campo de información y energía.
Desde la física podemos definirlo como un campo de ondas estacionarias, escalares, que están organizadas en niveles. 
Las ondas escalares son un tipo de ondas electromagnéticas longitudinales, a diferencia de las ondas EM a las que estamos acostumbrados que son transversales, las escalares solo existen en el vacío. 
Estas ondas constituyen una especie de océano de energía infinita. De acuerdo al investigador T. Bearden: "En cualquier punto y en cualquier momento, uno puede extraer libremente y sin grandes costos, enormes cantidades de energía EM que fluirá directamente del vacío activo mismo."

Nuestro cuerpo es un campo dentro de otros campos y a su vez, está formado por campos subsidiarios más pequeños. Cada órgano posee su propio campo, al igual que cada tejido, cada célula, cada molécula; incluso cada partícula elemental tiene un campo de energía e información que la rodea. Infinitos campos interconectados, dispuestos en niveles de complejidad. Aunque en esencia todo es unidad, no hay separación, solo hay diferenciación momentánea.

Podemos decir que nuestro cuerpo es en realidad información estructurada en distintos niveles vibratorios, es decir, ondas que oscilan y vibran en una amplia gama de frecuencias, que van de lentas y densas hasta rápidas y sutiles. O sea, desde el plano físico 3D hasta el plano espiritual multidimensional.

La salud y el normal funcionamiento del cuerpo, incluso la capacidad de adaptarse, aprender y evolucionar, están relacionadas con la coherencia y el orden entre estos campos. Cuando las ondas vibran al unísono, se dice que son coherentes. Igual que un instrumento afinado. Esta coherencia es fundamental y el responsable de ella es en primer lugar el corazón.



El corazón manda

El corazón es el emperador que percibe, gestiona y envía información a cada punto del cuerpo. De hecho recibe estímulos del entorno antes que el cerebro.
Su latido aporta información que no solo es vital, también es esencial para que el cuerpo funcione coherentemente y pueda realizar sus procesos de manera eficaz.
Esta información no es únicamente mecánica, viajando a través de los vasos sanguíneos, el corazón también produce calor, sonidos y envía señales eléctricas al cerebro aportando orden al sistema nervioso, lo que produce la sincronía de las neuronas, y en un nivel más sutil su campo electromagnético rodea al cuerpo en una extensión de varios metros. Su actividad regula a todo el organismo y está definida por sus patrones de ritmo. Si este ritmo es coherente, armoniza la función de todos los sistemas del cuerpo.

Nuestro modelo actual del cuerpo humano es físico, particularizado, fragmentado. Separado del campo. El cuerpo y la mente divididos y las emociones son vistas como un subproducto de la mente.
La razón es que el llamado “conocimiento científico” proviene de una interpretación y descripción equivocada de la naturaleza y del cuerpo humano. Viejos modelos, puntos de vista arbitrarios, resistentes al cambio y a nuevas comprensiones.
Todos somos educados en este modelo “físico” y material de la vida, por eso nos cuesta tanto aceptar que en realidad somos cuerpos de energía, campos de información conectados con todo el universo. Literalmente nadamos en un mar de conciencia, de hecho, emergemos de este mar de infinitas posibilidades. Somos la conciencia universal, la mente del Creador, experimentándose a si misma.

Nuestro verdadero ser es no-localizado y entrelazado con todos las existencias.
El inconveniente es que para poder procesar esta información hace falta un cierto nivel de coherencia y energía y un hardware cerebral apropiado.
Esto es aportado por la calma mental, la observación ecuánime y la actividad normal del corazón, que es expansiva e iluminadora y organiza la información en el cerebro.

Se puede entender entonces, la importancia del ritmo, la armonía, las pausas y los silencios. Así puede brotar la música natural del corazón y expandir nuestra esfera de conocimiento y creatividad.
Digamos que necesitamos aprender a afinar el instrumento y a hacerlo sonar correctamente.

El instrumento eres tú

Es una cuestión de resonancia. Nuestras células vibran y resuenan según su estado, esta resonancia es la que crea la realidad de nuestra vida y nuestro estado interno.


Salud y felicidad son expresiones inseparables y dependen directamente de esta resonancia
Un pensamiento de baja frecuencia, negativo o de miedo, se empareja y atrae ondas afines, creando una realidad negativa y más miedo. Esto no solo corta el flujo de energía e información sino que enferma y debilita, atrayendo incluso al peligro.
El estado opuesto corresponde a pensamientos y sentimientos de alta frecuencia, armónicos, asociados con el amor, el perdón, la comprensión y el no miedo.

En la actualidad a pesar de la abundancia de información y el aparente fácil acceso a ella, hay una enorme estimulación de los sentidos y muchísimas radiaciones y vibraciones de baja frecuencia, incoherentes y de mala calidad (ruidos, teléfonos celulares, TV, etc.)
El ser humano promedio está sometido a un bombardeo cotidiano de vibraciones y presiones, que provocan estrés, incoherencia, pérdida de la armonía y malas condiciones de vida.

En estas circunstancias resulta muy difícil (pero no imposible) comprender la verdadera naturaleza de la realidad y de nuestra vida. Este estado de confusión y aislamiento induce a problemas de adaptación y disminuye las posibilidades de la persona, lo que se denomina una retracción del campo.

La educación y la medicina convencional promueven y mantienen esta retracción o reducción del campo corporal.

Estos campos de información y energía son como hologramas, cada parte posee la información de la totalidad, es decir, se trata de información no localizada que produce una imagen proyectada. Una proyección que nuestro cerebro capta e interpreta como real y tangible.
El corazón, mediante sus patrones rítmicos y la riqueza de cargas,  es el encargado de imprimir información en el holograma corporal, lo que ayuda a crear una determinada realidad.

Esto es posible porque el cuerpo es un sistema abierto, interconectado con la fuente universal. Un campo de energía de naturaleza holográfica dentro del gran holograma universal.

Nuestro cuerpo físico cambia todo el tiempo, las células mueren y se recambian, los sistemas son dinámicos y adaptables, sin embargo hay algo que permanece y nos define, un patrón que hace que mantengamos más o menos la misma estructura y funcionamiento, capaz incluso de modelar la expresión de los genes.
Estos patrones son campos de información que controlan la forma y la dinámica del cuerpo. Estos campos se encuentran fuera del cuerpo, más allá de sus límites físicos. 
En realidad son una extensión de nuestro cuerpo, el cual a su vez es una manifestación del campo o matriz universal. 

No podemos considerarlos algo aparte o separado. He aquí el error que se comete en general y el porque del desconocimiento de nuestro verdadero ser. Hoy en día todavía hay científicos, médicos, profesores, maestros e investigadores que mantienen y transmiten esta falsa información.

Esto que llamamos información, no es otra cosa que el movimiento de la conciencia.
Los campos de información son campos de energía consciente y en este nivel no tiene sentido hablar de materia orgánica o inorgánica, de hecho, ni siquiera tiene sentido hablar de materia.

Es hora de que asumas tu naturaleza cósmica y comprendas de que estas hecho y de que están hechas las cosas. Así podrás tener acceso a la información y la energía ilimitada contenida en el campo.

Puedes conectar conscientemente con el campo. El espacio que te rodea no está vació. No estás separado de lo que percibes, todo lo que te circunda es una extensión de tu conciencia.
Si comprendes esto, además de incrementar tu vitalidad y equilibrar las emociones, podrás aumentar tu inteligencia, expandir tu cuerpo energético, o sea, aumentar tu luz, tu coherencia y tu apertura de mente.

Cada parte de tu cuerpo contiene la información de todo el universo. Cada parte del universo es tu cuerpo mismo.

El campo de información que te rodea y te contiene eres también tu mismo. Un cuerpo de energía. Un ser luminoso

Conciencia infinita.

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